Náufrago
NÁUFRAGO
Bienvenidos a mi particular morada. Un pequeño islote desértico,
ajeno a la realidad, desde donde os escribo.
En esta ocasión vuelvo a seguir la estela de una temática
muy socorrida en mis escritos, la soledad.
La soledad coma ángel y demonio.
Un canto de amor y odio hacia la misma, que ni
llega a ser poesía ni rap, al mens como lo conocéis la mayoría.
Dejo pues en sus manos la opinion y espero que disfruten, un saludo,
ajeno a la realidad, desde donde os escribo.
En esta ocasión vuelvo a seguir la estela de una temática
muy socorrida en mis escritos, la soledad.
La soledad coma ángel y demonio.
Un canto de amor y odio hacia la misma, que ni
llega a ser poesía ni rap, al mens como lo conocéis la mayoría.
Dejo pues en sus manos la opinion y espero que disfruten, un saludo,
Fdo. Agustín Fernández Resa
N Á U F R A G O
Estoy hablando
de nada, con nadie que vaya a escucharme,
como Nolan
Chuck, a la deriva en un mar,
me siento
náufrago y solo en este agua salá,
contracorriente
nado, por ello vine a la orilla.
Solo soledad y
tanto mar que me marea,
punto de
partida, desde que estrellé mi vida,
he perdido el rumbo
porque quise, porque no supe,
valorar lo que dispuse y no lo supe usar.
Efecto domino
domina el ámbito,
por ello largué
el piso, por ello vuelvo al pueblo,
lejos de mis
amigos, días largos, más amargos que hace un año,
y el engaño del
te llamo ya no vale hermano.
Sigue tu
brújula, pon la hoja en el rio y una aguja,
así de simple,
mi norte sobre un sample,
mis suelas pisan
firme, tu vienes a juzgarme,
usé tinta indeleble
pa que no puedas borrarme.
Rap de lista
cosas que dije, quise y no hice,
rap de demonios
en los hombros de los hombres,
raro el día que
llego a casa cuando reina la noche
sin un reproche,
nada que llegue al corazón.
Bicho raro, por
eso le hablo a un balón,
Wilson, como el
Windsor encendido y provocado,
prefiero ser
cenizas que vivir a tu lado,
he sido un
cenizo, traje el mal fario a este faro.
Ya no hay
enfado, hermano, porque es en vano y no gano,
vine de un plano
lejano y voy de paisano entre humanos,
esta manzana, muere,
tiene gusanos, ¡cómo no!
se está
pudriendo el mundo entero desde su interior.
Vivo en esa isla
que me aísle del fragor,
en esta orilla,
haciendo un ángel en la arena,
cerrar los ojos,
dejar de pensar,
sentir la brisa,
volver a abrirlos, ver el mar.
Ayy… Caronte… subo
a la siguiente estoy sin cambio,
estoy sin
cambios, por eso es que me agobio,
por ello es que
no vivo ni muero, tan solo sigo,
tan solo exhibo,
un esqueleto solitario.
NÁUFRAGO. Escrito por: Agustín Fernández Resa