lunes, 30 de marzo de 2015

Náufrago




                NÁUFRAGO                     



Bienvenidos a mi particular morada. Un pequeño islote desértico,
ajeno a la realidad, desde donde os escribo.  

En esta ocasión vuelvo a seguir la estela de una temática
 muy socorrida en mis escritos, la soledad.
La soledad coma ángel y demonio.

Un canto de amor y odio hacia la misma, que ni 
llega a ser poesía ni rap, al mens como lo conocéis la mayoría.

Dejo pues en sus manos la opinion y espero que disfruten, un saludo,




Fdo. Agustín Fernández Resa




























  N Á U F R A G O





Estoy hablando de nada, con nadie que vaya a escucharme,
como Nolan Chuck, a la deriva en un mar,
me siento náufrago y solo en este agua salá,
contracorriente nado, por ello vine a la orilla.

Solo soledad y tanto mar que me marea,
punto de partida, desde que estrellé mi vida,
he perdido el rumbo porque quise, porque no supe,
 valorar lo que dispuse y no lo supe usar.

Efecto domino domina el ámbito,
por ello largué el piso, por ello vuelvo al pueblo,
lejos de mis amigos, días largos, más amargos que hace un año,
y el engaño del te llamo ya no vale hermano.

Sigue tu brújula, pon la hoja en el rio y una aguja,
así de simple, mi norte sobre un sample,
mis suelas pisan firme, tu vienes a juzgarme,
usé tinta indeleble pa que no puedas borrarme.

Rap de lista cosas que dije, quise y no hice,
rap de demonios en los hombros de los hombres,
raro el día que llego a casa cuando reina la noche
sin un reproche, nada que llegue al corazón.

Bicho raro, por eso le hablo a un balón,
Wilson, como el Windsor encendido y provocado,
prefiero ser cenizas que vivir a tu lado,
he sido un cenizo, traje el mal fario a este faro.

Ya no hay enfado, hermano, porque es en vano y no gano,
vine de un plano lejano y voy de paisano entre humanos,
esta manzana, muere, tiene gusanos, ¡cómo no!
se está pudriendo el mundo entero desde su interior.

Vivo en esa isla que me aísle del fragor,
en esta orilla, haciendo un ángel en la arena,
cerrar los ojos, dejar de pensar,
sentir la brisa, volver a abrirlos, ver el mar.

Ayy… Caronte… subo a la siguiente estoy sin cambio,
estoy sin cambios, por eso es que me agobio,
por ello es que no vivo ni muero, tan solo sigo,
tan solo exhibo, un esqueleto solitario.





NÁUFRAGO. Escrito por: Agustín Fernández Resa